Antes se decía q cuando EE UU estornudaba, América Latina cogía una pulmonía. Una larga historia de inestabilidad económica en la región, reflejada en la inflación más alta y volátil del planeta daba soporte a esa expresión.

Las cosas han cambiado y América Latina sorprende por la resistencia a los embates de la economía mundial. Si bien se produjo una recesión en la región, fue más suave q en Europa, y la recuperación fue más temprana y vigorosa. Más aún, las recientes turbulencias financieras de Europa han pasado prácticamente desapercibidas en América Latina. Si bien al inicio hubo algunos impactos menores, los capitales están de vuelta en América Latina y muchos bancos centrales están comprando dólares para evitar una apreciación mayor de sus monedas. Mientras en Europa y EE UU los tipos de interés oficiales se mantienen bajos y se espera q sigan así por muchos meses, los bancos centrales de Brasil, Perú y Chile suben los tipos de referencia para prevenir q la fuerte recuperación de la demanda comience a generar presiones inflacionarias.

Las explicaciones abundan, pero hay elementos comunes, ya q, con variaciones y muy contadas excepciones, es una tendencia q vemos, Permítanme aventurar algunas:

-Mejoras fundamentales en las instituciones y políticas macroeconómicas. Después de la crisis de los años ochenta y del Consenso de Washington, los países fortalecieron sus finanzas públicas, tecnificaron sus ministerios económicos, al tiempo q otorgaban mayor autonomía y claridad en las metas a los bancos centrales. La inflación bajó en toda la región ya en los años noventa.

-Mayor apoyo político a la estabilidad económica. La menor tolerancia de la población a la inflación y las crisis económicas tuvieron una expresión política en sociedades en las q la democracia se consolidó en los noventa. Gobiernos que fueron elegidos con plataformas populistas, al constatar el cambio de aires, finalmente optaron por la ortodoxia.

-Una mejor inserción en la economía internacional: coincidiendo con las reformas anteriores, estos países comenzaron a desmantelar las barreras al comercio exterior y a la inversión extranjera. Ello ha coincidido con el despegue de las economías asiáticas, q han creado mercados para sus productos q las hacen aún más atractivas para la inversión.

Todo apunta a q estas reformas están para quedarse, y creemos q, como nunca desde los años treinta, la región tiene la oportunidad de entrar en una senda de desarrollo sostenido en un ambiente de libertad y democracia.